Pamela Osornio • El Desafío de la Logística Global: El Choque Cultural
Cuando ser mujer, mexicana y joven no es un obstáculo, sino la ventaja competitiva para liderar y tropicalizar la transformación del Freight Forwarding.
Imagina esto: eres el primer empleado de una empresa global que aún no existe en tu país. No hay oficina, ni sistemas, solo un logo en la puerta de un coworking. Tu misión: construir todo desde cero. En pleno COVID. Convencer a proveedores, atraer talento y dar vida a algo que solo existe en papel. ¿Aceptarías el reto?
Pamela Osornio lo hizo en Rhenus Logistics (seguro has escuchado sobre ellos). Y desde la primera frase de su charla, puedes sentir la energía y experiencia que la respaldan. Ojo, el camino jamás dijo que fue sencillo. En una industria donde la confianza lo es todo, tuvo que navegar un mar de retos. Las multinacionales suelen llegar con manuales de operación diseñados para mercados con estructuras más rígidas.
Hoy en día, Pamela es Managing Director de Scan Global Logistics México.
Y aquí, en México, descubrió que lo que realmente marca la diferencia no son los procesos estandarizados, sino la capacidad de adaptarse y tropicalizarse rápidamente a la realidad local.
El problema es que muchas empresas globales no comprenden esto. Traen consigo sistemas y reglas que funcionan en Europa o Asia, pero que en México, simplemente no aplican. Aquí, un proceso que en Alemania toma minutos, puede tardar semanas. Los clientes buscan soluciones creativas, no burocracia. Y los equipos necesitan flexibilidad para balancear la norma global y la improvisación que a veces es esencial para que todo funcione.
Como bien dice Pamela:
“Llega a un nivel en donde todo operativamente es diferente, y entonces toca tropicalizar. Y buscar que esa tropicalización vaya en línea y en función con la filosofía de la compañía, es lo más complejo.”
La clave no es solo adaptar procesos, sino entender a las personas. Sin eso, cualquier modelo de negocio colapsa.
Más allá del manual corporativo
Pamela ha trabajado con corporativos europeos, con empresas locales y con estructuras híbridas. Ha visto de todo.
Las multinacionales europeas suelen operar con una rigurosidad casi dogmática: cada decisión pasa por una validación centralizada. En contraste, muchas empresas latinas funcionan casi por intuición: se decide sobre la marcha, sin estructuras claras.
Ambas posturas tienen ventajas y desventajas. Un corporativo alemán puede garantizar estándares de calidad impecables, pero a costa de una lentitud burocrática exasperante. En cambio, un freight forwarder latino puede moverse con agilidad, pero corre el riesgo de operar en el caos.
"Me encontré con empresas latinas donde nadie mueve un dedo sin la autorización del dueño. La centralización no siempre viene de Europa. A veces, las empresas más pequeñas son las más rígidas."
El desafío de tropicalizar no es solo técnico, sino humano. No basta con ajustar tarifas o procedimientos aduanales. Hay que reconfigurar la mentalidad con la que las personas trabajan.
Esto se hace evidente en la gestión del talento. Pamela lo ha visto de primera mano: los equipos no buscan solo mejores sueldos o ascensos. Buscan respeto, estabilidad y sentido de pertenencia.
"Lo que no podía faltar en el equipo era respeto y risas. Si no te sientes bien en tu trabajo, no das el 100%."
Construir equipos sólidos en una empresa multinacional requiere algo más que protocolos. Requiere liderazgo humano.
El liderazgo que retiene talento
El mayor reto de cualquier líder en logística no es negociar tarifas o expandir operaciones. Es retener talento en una industria donde la rotación es brutal.
Pamela ha armado equipos desde cero más de una vez. Su fórmula es simple pero poderosa:
Humanización real. No basta con decir que la empresa se preocupa por sus empleados. Hay que demostrarlo con acciones diarias.
Flexibilidad laboral. Un freight forwarder opera 24/7, y sus empleados deben responder en cualquier momento. Pero esa exigencia debe ser recíproca: la empresa también debe ser flexible con su gente.
Cultura de confianza. La lealtad no se compra con salarios altos, sino con un entorno en el que las personas saben que pueden contar con su equipo.
“Si quiero tu mejor versión laboral, tengo que buscar que seas tu mejor versión personal.”
La industria del freight forwarding está en una transformación silenciosa. Antes, la rotación de personal era vista como un problema inevitable. Hoy, las empresas más exitosas entienden que retener talento es una ventaja competitiva.
Pamela logró armar un equipo que se mantuvo estable en los momentos más caóticos. Y lo hizo con una premisa fundamental:
"El freight forwarding no tiene activos físicos. Lo único que tenemos es talento. Si no inviertes en tu gente, no tienes nada."
En una industria obsesionada con la eficiencia, la verdadera ventaja no está en los procesos. Está en las personas.
Innovación, equidad y el futuro de la logística
Para que la logística evolucione, el liderazgo también debe evolucionar. No basta con digitalizar procesos o automatizar tareas. Hay que cambiar la mentalidad con la que se dirige a las personas.
Pamela lo ha vivido en carne propia. En su camino al liderazgo, se encontró con más de una barrera. No por falta de capacidades, sino por percepciones erróneas.
"Me dijeron que era muy joven para la posición. Me dijeron que buscaban a un europeo. Me dijeron que no porque era mujer. Pero también hubo alguien que me dijo que sí."
La equidad no es una cuestión de cuotas ni de discursos políticamente correctos. La verdadera equidad se basa en capacidades.
Pamela lo aprendió de su jefe, un alemán que la eligió entre una terna de candidatos europeos. Cuando ella le preguntó por qué, su respuesta fue contundente:
"Porque alguien me dio una oportunidad cuando tenía 30 años y quiero hacer lo mismo."
Este tipo de liderazgo es el que puede transformar industrias enteras. No el que sigue repitiendo patrones obsoletos, sino el que se atreve a cambiar paradigmas.
El freight forwarding necesita más líderes que entiendan que el talento no tiene género, edad ni nacionalidad. Que el verdadero high performance no se trata de exprimir a las personas hasta que colapsen, sino de crear entornos en los que puedan crecer y rendir al máximo sin destruirse en el proceso.
Las empresas que adopten este enfoque no solo tendrán mejores resultados financieros. También construirán organizaciones más resilientes y adaptadas al futuro.
"Cuando entiendes que es más barato darle un día libre a alguien que entrenar a un reemplazo, empiezas a hacer las cosas diferente."
El reto no es solo tropicalizar procesos. Es tropicalizar mentalidades. La próxima generación de líderes logísticos no será la que siga repitiendo los errores del pasado. Será la que se atreva a construir algo completamente nuevo.
La educación debe cambiar antes de que sea demasiado tarde
Si la conversación con Pamela Osornio deja algo claro, es que la logística no se transformará con más tecnología o procesos sofisticados por más avanzada que sea. La verdadera evolución comienza con las personas. Que son quienes en este eslabón tan importante del comercio internacional, orquestan a todos los involucrados.
Nos hemos acostumbrado a formar profesionales que saben de tarifas, rutas y normativas aduaneras, pero que nunca han aprendido a liderar un equipo en crisis, a negociar con culturas completamente distintas o a gestionar talento en un entorno de alta presión.
Seguimos educando como si el mundo no hubiera cambiado, como si la logística fuera solo mover mercancías cuando, en realidad, es mover decisiones, expectativas y relaciones humanas en medio del caos.
La pregunta más incómoda es esta: ¿cuántas oportunidades se pierden todos los días porque las empresas están lideradas por personas con modelos mentales del siglo pasado?
Si no repensamos ese re-skilling de nuestros equipos, seguiremos viendo los mismos errores repetirse: talentos desperdiciados, culturas empresariales en slides, pero en realidad están rotas y liderazgo basado en el miedo y la sobrecarga en lugar de la confianza y la estrategia.
El freight forwarding no necesita más ejecutores.
Necesita líderes que sepan leer el mundo en el que operan. Que entiendan que el futuro no se construye con más procesos, sino con personas que saben adaptarse, negociar y, sobre todo, cambiar lo que ya no funciona.