Janan Knust • Cultura, procesos y paciencia: Los pilares que el Freight Forwarding necesita.
La historia de un emprendedor chileno, que descubrió la magia del dar, para crear un equipo fuerte. A esto agrega tecnología... Magia
Todos hablan de transformación, pero pocos entienden lo que realmente significa. La industria apuesta millones en tecnología esperando resultados inmediatos, pero ignora una verdad incómoda: la tecnología no transforma, amplifica lo que ya existe. Si la cultura y los procesos son débiles, el fracaso está garantizado. Entonces, ¿por qué seguimos comprando herramientas sin construir la base? ¿Qué pasa cuando la obsesión por el corto plazo nos lleva a ignorar lo esencial?
Escuche a voz de Luis Angel Mera sobre este reconocido empresario Janan Knust, CEO y fundador de KLog.co. Me di un buen clavado estudiando y analizando a profundidad su historia. Janan es de esos líderes que inspiran sin esfuerzo. Imagínate: empezó lavando platos y hoy está al frente de KLog, donde después de 11 largos años, ha construido una empresa que está marcando la pauta de los Freight Forwarders en LATAM.
Su historia no es solo de trabajo duro; es de visión y ganas de hacer algo diferente. Inspirado por su papá y con una perspectiva que ha logrado combinar tecnología, cultura y propósito. ¿El resultado? Una empresa que no solo es innovadora, sino que también tiene un impacto real en las personas. No por nada lo nombraron "Entrepreneur of the Year 2024" por EY. Es de esos ejemplos que te recuerdan que todo empieza con un paso y con la firme intención de dejar una huella.
Conversar con Janan fue como recibir un manifiesto energético contra el status quo. Con ideas claras y una pasión contagiosa, cuestiona la creencia predominante de que la tecnología es la solución a todos los males. En su lugar, propone un enfoque profundamente humano: talento, cultura y procesos como el verdadero motor del cambio.
Rompiendo paradigmas en una industria estancada
La logística y el freight forwarding son sectores que históricamente han resistido el cambio. Este rechazo al progreso no es una casualidad, sino el resultado de una mentalidad profundamente arraigada que prioriza la inercia sobre la innovación.
"Me sorprendió lo mucho que dependían de relaciones personales y sistemas obsoletos. Se decía: ‘este es un negocio de personas’. Este es un negocio de procesos."
Janan llegó al sector después de una carrera en hospitalidad en una de las cadenas hoteleras más prestigiosas del mundo. Esa experiencia lo preparó para identificar rápidamente las brechas en el mundo de la logística.
"Este sector no está diseñado para el cambio. Todo se trata de mantener igual porque es cómodo y rentable. Pero lo cómodo nunca lleva a la excelencia."
La tecnología no se compra, se construye
“Cuando estas startups levantaron cientos de millones de dólares, intentaron comprar la tecnología y el conocimiento para desarrollarla. Pero sin un eje cultural que los uniera, fue un desastre”.
La industria del freight forwarding ha caído en el espejismo del dinero fácil. Muchas startups han levantado cientos de millones de dólares con la esperanza de comprar tecnología, contratar talento y llenar sus vacíos culturales con presupuestos inflados. La industria, ha confundido el camino fácil con el correcto. Construir una empresa que digiera conscientemente los procesos, los viva, y los construya, toma años.
"¿Qué pasa cuando inviertes en software sin haber transformado tu cultura? La herramienta fracasa".
El problema radica en confundir el camino fácil con el correcto. Construir una empresa que realmente comprenda, viva y optimice sus procesos no es algo que pueda acelerarse. Es un esfuerzo de años, y los resultados dependen más de la consistencia y la visión que de cuánto capital tengas disponible.
El enfoque reactivo ha dejado a muchas empresas atrapadas en un ciclo de plataformas subutilizadas, resistencia al cambio interno y desconexión entre equipos clave, como operaciones y tecnología. La solución, según Janan, no es gastar más, sino construir con propósito:
"Unificar fuerzas requiere tiempo, paciencia y visión. Es un trabajo constante, no puedes comprar la cultura ni las ganas de transformar".
En lugar de caer en el frenesí de las rondas de inversión, el modelo de Janan se basa en el bootstrapping: un crecimiento orgánico fundamentado en procesos sólidos, ventas conscientes y el desarrollo interno de su equipo. Para él, la tecnología no es el objetivo, sino el resultado de un ecosistema bien estructurado:
“La tecnología no es el producto; es el resultado de una cultura alineada y procesos sólidos”.
La transformación digital como un proceso, no un producto
En la era de las startups financiadas con capital de riesgo y las soluciones tecnológicas de "todo-en-uno", Klog sigue un camino más lento y menos transitado: el bootstrap. Esta estrategia, que implica crecer sin inversión externa, permite a la empresa mantener el control total sobre su dirección y prioridades.
"La tecnología no es un atajo; es una herramienta. Pero esa herramienta solo funciona si tienes a las personas adecuadas y los procesos correctos para usarla."
Muchas empresas fracasan porque intentan avanzar demasiado rápido, ignorando los pasos fundamentales. En su lugar, prioriza la integración cuidadosa de tecnología con procesos existentes, asegurándose de que todos en la organización estén alineados.
"Lo más difícil no es implementar la tecnología; es lograr que las personas la adopten. Si tu equipo no entiende el ‘por qué’ detrás de una herramienta, nunca la usarán de manera efectiva."
Esto se traduce en iniciativas como el “Proyecto de un alma”, que busca eliminar las divisiones entre departamentos. En lugar de trabajar en silos, los empleados colaboran en un entorno donde la tecnología y las operaciones están completamente alineadas e integradas.
"No puedes tener una empresa donde los programadores están en una esquina y los operadores en otra. Si no entienden lo que hace el otro, nunca tendrás una verdadera transformación."
La identidad de una empresa no puede ser superficial. Debe reflejarse en la autenticidad de su liderazgo y en la congruencia de sus valores. Janan habla de cómo rompió las barreras entre los programadores y los operativos.
“Antes, los programadores estaban en una pecera. Decidimos romper esas paredes y unirlos con las áreas de operaciones y ventas. El mensaje era claro: somos una sola alma”.
Este cambio no solo mejoró la colaboración interna, sino que también permitió que los equipos vieran el impacto tangible de su trabajo en los clientes. Sin una identidad unificada, las empresas caen en el error de actuar como silos independientes. En Klog, la construcción de esta cultura ha sido un proceso lento, consistente, metódico y exigente.
“¿Queremos resultados rápidos? No. Queremos resultados profundos y sostenibles”.
El semillero de talento: más que formación, una visión a largo plazo
Uno de los programas más ambiciosos de Klog es el “Semillero de Talento”, una iniciativa diseñada para identificar, desarrollar y exponenciar el potencial de los empleados desde sus primeras etapas en la empresa. Este programa no sólo forma a los futuros líderes de Klog, sino que también envía un mensaje poderoso: el crecimiento requiere tiempo y paciencia.
"El talento no se encuentra; se cultiva. Pero cultivar talento requiere paciencia, y la paciencia no es algo que muchas empresas están dispuestas a practicar."
El semillero no está diseñado para todos. Aquellos que buscan resultados inmediatos o no están dispuestos a invertir en su propio desarrollo a menudo encuentran difícil alinearse con este enfoque. Y aunque esto significa perder talentos en ocasiones, para él, es un sacrificio necesario.
"Si alguien no tiene la visión para ver más allá del presente, no comparte nuestros valores. El semillero es para quienes entienden que el éxito real toma tiempo."
El semillero es más que un programa de desarrollo. Es una apuesta por el talento como motor del cambio. Estas personas no solo están aprendiendo; están transformando nuestra industria desde adentro. Y lo más importante, están creando una nueva forma de operar donde la curiosidad y la acción se encuentran.
En un mundo donde la rotación laboral es alta y la paciencia baja, Janan defiende la necesidad de formar líderes que entiendan que el crecimiento toma tiempo.
“Es como un gimnasio. El progreso requiere esfuerzo diario, sacrificio y persistencia. No puedes esperar resultados de la noche a la mañana”.
Transformar, el ejercicio de resiliencia
"Después de más de una década de trabajo, finalmente estamos viendo el impacto de nuestras decisiones. Pero esto no es el final; es solo el comienzo de lo que podemos lograr."
Para quienes lideran empresas de freight forwarding y para aquellos que buscan cambiar la narrativa de la industria, las palabras de Janan son un recordatorio brutal pero necesario: no hay transformación sin dolor y sin esfuerzo. La tecnología es solo una herramienta; el verdadero cambio comienza con las personas y los procesos que las sostienen.
“Lo que hacemos no es fácil, ni debería serlo. Pero cuando ves el impacto que tiene en las personas, en los equipos y en la industria, sabes que vale la pena cada paso del camino”.
En el freight forwarding, se habla mucho de tecnología y poco de lo que realmente importa: las personas. La industria vive obsesionada con herramientas y automatización, pero ignora que ningún sistema funciona sin una base sólida de cultura y propósito. ¿De qué sirve la tecnología si tu equipo no entiende cómo usarla o, peor aún, no confía en ella?
La transformación digital no es un producto; es el resultado de años de construir algo desde adentro. ¿Estamos construyendo una base sólida o solo acumulando herramientas que no sabemos usar?
El cambio real no es glamoroso. Es lento, incómodo y muchas veces frustrante. No se trata de implementar software en meses, sino de formar equipos en años. Pero esta es la verdad que pocos quieren aceptar: lo que vale la pena siempre toma tiempo. Si no estamos dispuestos a invertir en nuestra gente, ¿cómo esperamos que ellos inviertan en nuestro negocio? ¿Cuántas empresas están sacrificando el futuro por resultados inmediatos que no dejarán huella?
En un sector que prioriza lo rápido y lo barato, las empresas que apuesten por la consistencia, la cultura y las personas serán las únicas que realmente sobrevivan al tiempo.
Recuerda, la tecnología puede impresionar, pero es la gente quien la hace funcionar. Pero sobre todo, que la transformación digital no es un sprint; es un maratón.